sábado, 31 de octubre de 2009

Etiqueta. Me empiezo a despegar.

1.09.06

Lo veo como una estampa adherida ya por varios años a mi exterior, decido despegarla, será complejo, tendré la sensación extraña de pensar que estoy rompiendo algo, que dejará de estar completo, recordaré que no es parte de mi, que se pegó en el camino y ahora lleva tanto en mi que parece que soy yo, no lo es, pues no la quiero más.
Esta estampa tiene mucho tiempo conmigo, la confundía con mi piel, y a veces con una marca de la vida.
Ahora encuentro a esas orillas que se empiezan a separar, rechazadas por mi cuerpo, acompañadas por nuevas voces e ideas que no la quieren cargar.
La estampa me la puse en algún momento para cubrirme, luego me lastimó, luego me declaré adicta a ella.
Y es un hecho, que ya no la quiero más, que estoy lista para perderla, para tomar las orillas y dejarla ir, y empezar a ver mi realidad sin verme a través de ella.
Tiene un nombre, esta etiqueta, mucha gente la usa, está de moda, gusta, nos daña y nos protege, pero no nos da nada más.
Es la sociedad, que decidimos vernos a través de ella, que medimos nuestra propia alegría en comparación, nuestros logros en proporción, nuestras tristezas y desgracias contrastadas, nuestra belleza catalogada, nuestra inteligencia enumerada.
Y buscamos constantemente cómo se ve lo que somos y hacemos a través de ella, esperando que nos llegue como lo ve alguien más.
Y solo somos lo que queda de ese filtro, y solo sentimos lo que logra atravesarla, cuando la realidad es que deberíamos sentirnos bien o mal basándonos nada más en lo que pasa de la piel para atrás.
Me decido a copiar a esas personas que la han dejado a un lado, que son completas y se valoran por ellas solas, que caminan seguras, que tienen plena conciencia de los demás pero no miden sus emociones en comparación, que conocen sus capacidades, que se alegran y sufren en la proporción que ha llegado a su corazón.
Me la quito, no la tiro, siempre está, somos seres sociales, no tenemos otra opción, debe existir, pero nos equivocamos aquellos que decidimos pegarla en nuestros cuerpos y solo permitir que llegue el exterior a nuestro interior a través de ella.
La realidad es que la vida es muy poca y las situaciones son muchas, no debemos vivirla a través de nadie más.
Me empiezo a despegar.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Si este es el final

Tiempo sin llenar, espacio sin ocupar, todo parece un desperdicio.
Espero pudiéramos romper el aire acercándonos.
Matar el silencio tocándonos.
Y ya solo después de amarnos, preguntarnos, si este es el final.

viernes, 16 de octubre de 2009

Llovía Siempre. Cuándo hay silencio escucho.

Cuando llegué a casa llovía, había pasado unos meses en el que invariablemente del clima, en la noche el cielo se entristecía.
Ese día sus ojos verdes me parecieron grises, sus labios rojos me parecieron pálidos. Tal vez fue culpa de la neblina que no me permitió notar que algo estaba mal, tal vez fue mi ceguera, o mi indiferencia.
Pregunté, como todos los días, qué había de cenar, contestó fundida en la rutina. Me dirigí a la mesa cargando una sonrisa cortés en los labios, ella llevaba una mirada de pasiva indiferencia.
Intenté hacerla enfadar, “Otra vez lo mismo. Esto no sabe a nada, cuándo te olvidaste de preparar la comida, es lo único que haces!.”
Volteé a verla ansioso. En otros tiempos esto la hubiera hecho salir de sus casillas, discutir, generaríamos un nuevo tono de voz en el comedor. Ella se hubiera levantado de la silla y de mala gana me hubiera entregado el salero, luego mientras me veía sazonar se hubiera amarrado el pelo muy alto en una coleta – sabía que no me resistía a eso – dejándome ver sus hombros y su cuello. Yo hubiera cedido a sus encantos y la comida nuevamente me parecería espectacular, y lo era. Más tarde nos olvidaríamos de esto entregándonos completos.
En esta ocasión se limitó a entrecerrar los ojos y mirar a un costado. Tenía esta misma reacción habláramos del tema que habláramos.
Teníamos juntos ya 3 años, y no recordaba la última vez que la había sentido sonreír completa, tampoco cuando dejé de voltear a verla.
La noche se hizo más clara, su rostro más obscuro.
Pensé preguntarle qué le sucedía, pero la fachada llevaba ese atuendo tanto tiempo, que era tan ilógico como preguntarle a una ola por qué tiene sal.
Entonces decidí olvidarlo, recuerdo varias noches en las que decidí lo mismo. Pensé: “Mañana será mejor, mañana tendré una oportunidad diferente.”
En la cama intenté tocarla, y me quedó claro como el agua que hay distintos tipos de escalofríos, ahora era una súplica porque mantuviera mi lado.
No sabía que tenía, cómo la había perdido, cuándo y por qué. Mientras intentaba dormir la contemplaba fundida en sus sueños, que no me incluían. Yo debía saber qué fue lo que sucedió, tal vez fueron las largas jornadas de trabajo, quizás la falta de interés a sus sentimientos… yo seguramente lo sabía.
El día siguiente, pensé, lo dedicaría a encontrar la respuesta, y cambiaría todo.
Me despertó un ruido extraño. Era ella. Estaba haciendo sus maletas, unos minutos después se marchó. La intenté detener, pero no tenía ningún argumento a mi favor. Se limitó a mirarme a los ojos, caminar unos pasos, reconsiderar su partida silenciosa, y voltearse a decirme en un tono vacío de sentimientos: “Es tiempo de empezar en otro lugar”, me escuché suplicar: “Bueno sólo dime qué fue lo que hice mal?” Aceleró el paso y salió.
Ahora que hay silencio escucho que ella me lo advirtió, recuerdo que lo intentó, y veo cuantas veces lo mencionó.
La noche siguiente nuevamente llovió, sólo que el que lloraba era yo.


domingo, 11 de octubre de 2009

Lo Tengo Todo...

01.10.00

Lo tengo todo. Pero el todo después de un tiempo se convierte en nada y si no haces nada para conquistar algo nuevo, lo que alguna vez fue todo no será nada y no serás feliz. Y lo que tanto pediste ya no será ni significará tanto para ti.
Porque pasa el tiempo, y se van conquistando metas, que a lo mejor parecían inalcanzables, y tu vida puede dar cambios, o puede ser tan igual, pero el caso es que uno no sabe qué día será el diferente a los demás. Qué día se levantará a sonreír, o qué otro día la perderá, junto con el sentido de vivir. Por eso todos los días se deben iniciar con una sonrisa, y con amor, más que nada con ilusiones, sin pensar en el cansancio y mucho menos en descansar, sino pensar en hacer, y crear y construir, cosas para ti mismo, para llenar tu alma y tu ser, para que tu vida no se vuelva monótona y no se convierta en una costumbre, sí en una costumbre, porque es triste pero la gente se acostumbra a vivir, y cuando te acostumbras a cualquier cosa ésta pierde su intensidad, y jamás debes perder la intensidad de vivir, nunca debes despertar pensando que es un día más, tienes que reír y gozar como ningún otro día jamás, y sonreír a todo y a todos, y dar esa chispa que se contagia y que ayuda a que tu alrededor sea más feliz, y que así tú lo seas también, con más facilidad. Dar esa buena vibra que acerque a la gente a ti, y que te deje ser lo mejor, sí, como eres.
Y que cada día, cada uno, tengas pequeñas metas que cumplir, y cosas que hacer, que no las hagas por nadie más que por ti, y que así alimentes tu ser y crezca tu alma y tu corazón, y que te llenen, y así cada día lo ocupes al máximo haciendo cosas que te ayuden a no acostumbrarte a nada, y al mismo tiempo a acostumbrarte a ti, a que cada día es diferente y que cada día hay que dar, y dejar recibir, y sonreír y crear y hacer, y llenar de metas tus instantes, pequeñas, que no parezcan importantes para nadie, más que para ti, y así ya no existan las malas caras, ni los malos días, ni los corazones tristes, y así tú mismo llenes tus días de felicidad, para que así, D-os, al dar, se dé cuenta quién merece, porque sabe quién ya sabe ser feliz.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Personas Distintas

Personas distintas. Especiales. Que te cambian varias cosas, que te hacen pensar outside the box, que te ayudan a encontrar tu propio equilibrio, que te mueven el mundo, que te agrandan el corazón, que se te meten por los ojos, que te ayudan a caminar con menos peso, que te cargan de energía, de alegría, que te roban la mente, que te abren el alma.
Personas únicas. Completas. Que admiras infinitamente, que le dan un tono mas pausado a tu mente. Que adoras incontrolablemente, que le dan un ritmo mas apresurado a tu corazón.Personas diferentes. Hermosas. Que quieres sin sentido y con sentido, que enriquecen tu vida, que intensifican tus días, que clarifican tus noches.
Son pocas, estas personas distintas, únicas y hermosas, que por fortuna llegan a tu vida, y tocan todas las fibras de tu ser y de tu espíritu. No dudes en buscarlas, en asegurarte de revisar que las personas con las que cruces no sean esto para ti. No te des el lujo de dejarlas ir sin detenerte a mirarlas, no corras el riesgo de continuar sin amarlas, y después sigas siendo la misma. Si tienes la dicha de encontrarla, toma la oportunidad de compartir y coincidir, comete su alma y no olvides agradecer por la suerte que tienes de poder atestiguar la existencia, en tu vida, de esas personas que para ti son distintas a los demás.

domingo, 4 de octubre de 2009

Cómo si no entendieran...

Empezó despacio, como si no fuera a suceder, como si el tiempo no nos fuera a dar lo que íbamos con tanta ansiedad a buscar.
Te sentí llegar, cerca de mí, como si nunca me fueras a tocar, y te extrañé y necesité en los pocos segundos de que te vi a que te encontré…
Luego todo se rompió, los segundos dejaron de tener sentido, el tiempo no existió, y si no hubiera sido por los latidos de mi corazón no hubiera habido testigo de que el tiempo sí pasó.
Y cuando te sentí, no entendí realmente por qué íbamos tan lento, si podía sentir la prisa en mi interior, pero fue despacio, como si nuestros corazones no entendieran de lo que nuestro cuerpo hablaba.
Y pasó, y el principio y el final perdieron el sentido, y todo pareció un instante nada más, y después todo parecía tan perfecto, tan tranquilo, tan igual, que hubiera creído que no fue real, si no hubiera sido por mi respiración, que simplemente no volvía a la normalidad.