Es un segundo antes de que empezamos a juntar el tiempo sobre nuestros hombros y a vivir esta nueva realidad, que desconocemos que vivimos ligeros y que nos sentimos contentos.
Después es un sentimiento nuevo, distinto, que nos hace valorar el aire, y la luz, que nos hace darnos cuenta que las que creíamos cadenas no nos aprisionan, que lo que pensábamos monótono realmente no lo es.
Es cuando los límites de tu alma se encaran con límites de tu cuerpo, que te das cuenta que estamos limitados por lo que hemos experimentado en nuestra propia piel, nada más.
Después es un sentimiento nuevo, distinto, que nos hace valorar el aire, y la luz, que nos hace darnos cuenta que las que creíamos cadenas no nos aprisionan, que lo que pensábamos monótono realmente no lo es.
Es cuando los límites de tu alma se encaran con límites de tu cuerpo, que te das cuenta que estamos limitados por lo que hemos experimentado en nuestra propia piel, nada más.
En ese instante que hay luz, es cuando realmente nos vemos. Es apenas un instante, pero ahí descubrimos que hay mucho mas...
ResponderEliminarMe ha gustado leer tu pensamiento.
Besos
Ya tenía mucho sin leerla (:
ResponderEliminarTodas las fronteras son huecas. Incluso, por ejemplo, nuestra piel, está porosa.
Siempre hay formas de escapar, crear, fluir :)
Saludos !